domingo, 11 de septiembre de 2011

Económia solidaria

Como resultado de la investigación puedo decir que el tema “Economía Solidaria” no solo trata de la relación de estos dos términos para referirse a la unión de la solidaridad en la teoría y en la práctica de la economía, sino abarca temas que discutiremos en clase tales como:

- La economía popular

- Los servicio de la promoción social

- El trabajo

- La participación social

- La acción transformadora

- El desarrollo alternativo

- La ecología

- La familia

- El espíritu

Para ello les dejo esta lectura a fin de que respondamos como grupo los siguientes interrogantes:

- ¿Es verdaderamente posible la incorporación de la solidaridad en la actividad económica del mundo actual?

- ¿Vemos presente la economía solidaria en nuestro propio país?

- ¿En verdad se cumplen las condiciones para ser llamada Economía Solidaria?

- ¿Cómo podemos fomentar el desarrollo de la economía solidaria desde nuestra profesión?

LA ECONOMÍA SOLIDARIA: CONCEPTO, REALIDAD Y PROYECTO.

Las palabras "economía" y "solidaridad", siendo habituales tanto en el lenguaje común como en el pensamiento culto, formaban parte de "discursos" separados. "Economía", inserta en un lenguaje fáctico y en un discurso científico; "solidaridad", en un lenguaje valórico y un discurso ético. Rara vez aparecían los dos términos en un mismo texto, menos aún en un solo juicio o razonamiento. Resultaba, pues, extraño verlos unidos en un mismo concepto.

La separación entre la economía y la solidaridad radica en el contenido que suele darse a ambas nociones. Cuando hablamos de economía nos referimos espontáneamente a la utilidad, la escasez, los intereses, la propiedad, las necesidades, la competencia, el conflicto, la ganancia. Y aunque no son ajenas al discurso económico las referencias a la ética, los valores que habitualmente aparecen en él son la libertad de iniciativa, la eficiencia, la creatividad individual, la justicia distributiva, la igualdad de oportunidades, los derechos personales y colectivos. No la solidaridad o la fraternidad; menos aún la gratuidad.

La idea de solidaridad se inserta habitualmente en el llamado ético y cultural al amor y la fraternidad humana, o hace referencia a la ayuda mutua para enfrentar problemas compartidos, a la benevolencia o generosidad para con los pobres y necesitados de ayuda, a la participación en comunidades integradas por vínculos de amistad y reciprocidad. Este llamado a la solidaridad, enraizado en la naturaleza humana y siendo por tanto connatural al hombre cualquiera sea su condición y su modo de pensar, ha encontrado sus más elevadas expresiones en las búsquedas espirituales y religiosas, siendo en el mensaje cristiano del amor donde la solidaridad es llevada a su más alta y sublime valoración.

Sin embargo, desde la ética del amor y la fraternidad la relación con la economía no ha sido simple ni carente de conflictos. Como en las actividades económicas prima el interés individual y la competencia, la búsqueda de la riqueza material y del consumo abundante, quienes enfatizan la necesidad del amor y la solidaridad han tendido a considerar con distancia y a menudo sospechosamente la dedicación a los negocios y actividades empresariales. Desde el discurso ético, espiritual y religioso lo común ha sido establecer respecto de esas actividades una relación "desde fuera": como denuncia de las injusticias que se generan en la economía, como ejercicio de una presión tendiente a exigir correcciones frente a los modos de operar establecidos, o bien en términos de acción social, como esfuerzo por combatir la pobreza y la subordinación de los que sufren injusticias y marginación, a través de actividades promocionales, organizativas, de concientización, etc.

Es así que por mucho tiempo los llamados a la solidaridad, la fraternidad y el amor han permanecido exteriores a la economía misma. Hemos comprobado esta distancia en la acción social que instituciones cristianas realizan entre los pobres, que si bien dan lugar a verdaderas organizaciones económicas, difícilmente son reconocidas como tales. A menudo se hace necesario un esfuerzo consciente para superar las resistencias que ponen muchos de los más comprometidos con esas experiencias a considerarlas como no puramente coyunturales o de emergencia sino como un modo permanente de hacer economía de manera solidaria.

Muchas de esas resistencias se han ido superando entre nosotros desde que S.S. Juan Pablo II en su viaje a Chile y Argentina en 1987, y especialmente en su discurso ante la CEPAL, voceó y difundió con fuerza la idea de una "economía de la solidaridad" en la cual dijo: "ponemos todos nuestras mejores esperanzas para América Latina". Tal llamado fue fundamental en la difusión e incorporación a la cultura latinoamericana de la idea de una economía de solidaridad; pero el contenido de ella permanece indeterminado e impreciso para muchos. El enunciado del pontífice no proporciona suficientes elementos como para llenar de contenido una idea de la cual se esperan tantas realizaciones. Poner unidas en una misma expresión la economía y la solidaridad aparece, pues, como un llamado a un proceso intelectual complejo que debiera desenvolverse paralela y convergentemente en dos direcciones: por un lado, se trata de desarrollar un proceso interno al discurso ético y axiológico, por el cual se recupere la economía como espacio de realización y actuación de los valores y fuerzas de la solidaridad; por otro, de desarrollar un proceso interno a la ciencia de la economía que le abra espacios de reconocimiento y actuación a la idea y el valor de la solidaridad.

Características de la economía solidaria

  • Estar organizada como empresa, cuyo objeto social sea el de satisfacer necesidades de los asociados y el beneficio comunitario.
  • Tener establecido un vínculo asociativo.
  • Tener incluido en sus estatutos la ausencia de ánimo de lucro.
  • Garantizar la igualdad de derechos y obligaciones de sus miembros, sin consideración a sus aportes.
  • Establecer en sus estatutos un monto mínimo de aportes sociales no reducibles.
  • Integrarse social y económicamente con otras entidades sin ánimo de lucro.

Características de las organizaciones de economía solidaria

Las organizaciones de economía solidaria se desarrollan simultáneamente en tres ejes:

  • Eje ECONÓMICO mediante actividades de producción de bienes y/o servicios.
  • Eje SOCIAL atendiendo las necesidades de los asociados, sus familias y de la comunidad.
  • Eje CULTURAL como dinamizador de los anteriores.

3 comentarios:

  1. Me parece muy interesante la lectura que nos recomienda Johnny, debido al papel que cumple un lider espiritual para muchas personas para guiar la economía de nuestro continente.
    Es satisfactorio reconocer como nuestro país ha venido forjando su economía desde una base tan sólida sin embargo tan de bajo perfil, aunque pienso que tambien pueden establecerse empresas de economía solidaria con ánimo de lucro en donde la competitivida nos fortalezca en calidad, la solidaridad nos una como nación y la sostenibilidad sea un objetivo alcanzable que promueva y fortalezca nuestros valores y finanzas.

    En cuanto a la encuesta, pienso que al igual que la mia y la de todos los demás compañeros, no es represaentativa por el tamaño de la muestra, sin embargo es mejor que la de otros que ni siquiera salieron de los mismos de diseño.

    Gracias.

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  2. “Una Economía solidaria”… seremos participes algún día de este ideal maravillosa para algunos, fantasioso para otros, podremos confiar en los que manejan los hilos de las economías, sin llegar a pensar de que todo lo que hacen tiene como finalidad el llenar a un mas los bolsillos de los grandes empresarios capitalistas del mundo; haciendo mal uso de la imagen de solidaridad que les crean las llamadas obras de caridad; no sé, de pronto sean muy pocos los que realmente quieran alcanzar este ideal- el de fortalecer las naciones sin olvidar a las personas que más necesitan de estos recursos, debemos tener fe de que este pensamiento solidario se aferre a toda iniciativa de progreso, debemos consolidar estas iniciativas aportando nuestro grano de arena.

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  3. Es bueno saber que algunas empresas manejan la economía solidaria, porque así se puede ayudar a las personas de escasos recursos que de alguna manera lograron sacar su microempresa pero con la ayuda de las grandes empresas han logrado surgir un poco mas.

    Algunas empresas ya conformadas y que sean reconocidas o no tienden es a llenarse los bolsillos para ellos mismos sin preocuparse por los demás y eso no debería ser así ya que los demás también hacen parte de esa empresa...

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